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:: EL VALOR DE PERDONAR: ::
 

Por el  Dr. Fred Luskin 

Dr. Fred LuskinEste es, sin duda, uno de los temas duros de la vida. A su alrededor se han creado catedrales de malentendidos y no pocas enfermedades asociadas a la necedad de continuar siendo v�ctimas de quienes nos han herido. El autor del siguiente texto dirige el llamado Proyecto del Perd�n en la Universidad de Stanford. En una feliz propuesta de editorial Norma, el doctor Luskin* proporciona claves sobre el rencor y el valor del perd�n verdadero.

Yo defino perdonar como la experiencia de paz y comprensi�n que se siente en el presente. Se perdona al confrontar las reglas r�gidas que uno(a) ha trazado para el comportamiento de los dem�s, y al enfocar la atenci�n en las cosas buenas de la vida, no en las malas.

Perdonar no significa olvidar o negar las cosas dolorosas ocurridas. Perdonar es la poderosa afirmaci�n de que las cosas malas no arruinar�n nuestro presente, aun cuando hayan arruinado nuestro pasado.

Uno de los mensajes centrales de mi ense�anza para perdonar es que hay tres componentes principales que motivan la creaci�n de largos y dolorosos resentimientos:

Tomar la ofensa exageradamente personal

Culpar al ofensor por nuestros sentimientos

Crear una historia de rencor
En este libro reviso c�mo se forman los rencores, por qu� llevarlos a cuestas es nocivo, c�mo perdonar y c�mo evitar herirse de nuevo, dejando atr�s dolores pasados y construyendo mejores relaciones.



Piense en alguna herida personal para as� darse una idea de c�mo lo aflige ahora. Cierre los ojos y piense en aquel doloroso suceso por un momento. Cuando recuerde claramente lo ocurrido, piense o escriba brevemente un resumen sobre aquella experiencia. Cuente la historia de lo que pas�, en el papel o en la cabeza.

Ahora analice lo que pasa cuando piensa en ello hoy. Por ejemplo, �cu�l es su pensamiento m�s recurrente al recordar el suceso? Luego tenga en cuenta c�mo se siente y f�jese c�mo reacciona su cuerpo al revivir el dolor.

Una vez consideradas sus respuestas, por favor responda a las siguientes preguntas:

1. �Piensa usted en esa dolorosa situaci�n m�s de lo que piensa en las cosas buenas de la vida?

2. �Al pensar en ello siente incomodidad f�sica o alteraci�n emocional?

3. Cuando hace memoria sobre el particular, �lo hace con los mismos pensamientos?

4. �Repite la historia una y mil veces en la cabeza?

Debe quedar claro que los rencores no son se�al de enfermedad mental. Sentirse herido(a) tampoco es indicio de estupidez, debilidad o falta de autoestima. Sencillamente significa que no se est� preparado(a) para afrontar las cosas de otra manera. Sentirse herido(a) en la vida es normal pero dif�cil, y casi todos creamos rencores en alg�n momento. Sin embargo, que sean comunes no significa que sean saludables.

Por m�s preparaci�n que se tenga para perdonar, hay momentos en que es �til -hasta necesario- sentirse molesto(a). Puede ser que alg�n l�mite personal haya sido violado; podemos hallarnos en peligro o haber sido maltratados. Aun as�, las situaciones que exigen reaccionar con molestia son muy pocas. Reaccionar movidos(as) por el dolor s�lo ayuda cuando ello soluciona el problema.

Ceder el poder

El error m�s grande que se comete bajo el efecto de las sustancias estresantes es culpar de nuestra molestia a la persona que nos lastim�. Al culpar a otros por nuestros sentimientos, les cedemos el poder de controlar nuestras emociones. Seguramente tal poder ser� mal usado y seguiremos heridos(as). Es alarmantemente alta la cantidad de personas que le ceden poder a aquellos que nos los quieren.

Sentirnos mal cada vez que pensamos en la persona que nos lastima se vuelve costumbre y nos hace sentir v�ctimas de alguien m�s poderoso. Responsabilizar a las personas por sus acciones no es lo mismo que culparlas por nuestros sentimientos.

�Est� usted contando la historia de un rencor?

He aqu� unas preguntas que le ayudar�n a decidir si la historia que ha estado cont�ndose a s� mismo(a) y a los dem�s es una historia de rencor:

1. �Le ha contado su historia m�s de dos veces a la misma persona?

2. �Recuerda mentalmente los sucesos m�s de dos veces al d�a?

3. �Le habla a la persona que lo agravi�, a pesar de no tenerla presente?

4. �Se ha propuesto contar la historia de su molestia sin alterarse, pero de repente se agita inesperadamente?

5. �La persona que lo lastim� es el personaje central de su historia?

6. �Al contar su historia se acuerda de otras cosas dolorosas que le han sucedido?

7. �Se concentra su historia en su dolor y en lo que perdi�?

8. �Hay un villano(a) en su historia?

9. �Se ha propuesto no volver a contar su historia y luego rompe la promesa?

10. �Busca a otras personas con problemas parecidos para contarles su historia?

11. �Su historia sigue igual con el paso del tiempo?

12. �Ha revisado los detalles de su historia para constatar que sean precisos?

Si respondi� afirmativamente a cinco de las primeras 11 preguntas, o respondi� NO a la pregunta 12, hay buenas probabilidades de que su historia sea de rencor. Pero no pierda la esperanza. Una historia se puede cambiar tan f�cil como se cre�.

 

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