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:: LA IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA  ::
 

Extracto extra�do del libro C�MO MEJORAR SU AUTOESTIMA de
Nathaniel Branden

 El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta virtualmente en forma decisiva todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en el trabajo, el amor o el sexo, hasta nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida. Nuestras respuestas ante los acontecimientos dependen de qui�n y qu� pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos de la visi�n �ntima que poseemos de nosotros mismos. Por lo tanto, la autoestima es la clave del �xito o del fracaso.

Tambi�n es la clave para comprendernos y comprender a los dem�s.

Aparte de los problemas de origen biol�gico, no conozco una sola dificultad psicol�gica -desde la angustia y la depresi�n, el miedo a la intimidad o al �xito, el abuso del alcohol o de las drogas, el bajo rendimiento en el estudio o en el trabajo, hasta los malos tratos a las mujeres o la violaci�n de menores, las disfunciones sexuales o la inmadurez emocional, pasando por el suicidio o los cr�menes violentos- que no sea atribuible a una autoestima deficiente. De todos los juicios a que nos sometemos, ninguno es tan Importante como el nuestro propio. La autoestima positiva es el requisito fundamental para una vida plena.

Veamos qu� es la autoestima. Tiene dos componentes: un sentimiento de capacidad personal y un sentimiento de val�a personal. En otras palabras, la autoestima es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo. Refleja el juicio impl�cito que cada uno hace de su habilidad para enfrentar los desaf�os de la vida (para comprender y superar los problemas) y de su derecho a ser feliz (respetar y defender sus intereses y necesidades).

Tener una alta autoestima es sentirse confiadamente apto para la vida, es decir, capaz y valioso, en el sentido que acabo de indicar. Tener una autoestima baja es sentirse in�til para la vida; errado, no con respecto a tal o cual asunto, sino equivocado como persona Tener un t�rmino medio de autoestima es fluctuar entre sentirse apto e In�til, acertado y equivocado como persona, y manifestar estas incoherencias en la conducta (actuar a veces con sensatez, a veces tontamente), reforzando, as�, la inseguridad.

La capacidad de desarrollar una confianza y un respeto saludables por nosotros mismos es Inherente a nuestra naturaleza, ya que la capacidad de pensar es la fuente b�sica de nuestra idoneidad, y el hecho de que estemos vivos es la fuente b�sica de nuestro derecho a esforzarnos por conseguir felicidad. Idealmente, todo el mundo deber�a disfrutar de un alto nivel de autoestima, experimentando tanto una fe Intelectual en s� mismo como una fuerte sensaci�n de que merecemos ser felices. Por desgracia, sin embargo, hay mucha gente a la que esto no le ocurre. Numerosas personas padecen sentimientos de Inutilidad, Inseguridad, dudas sobre si mismas, culpa y miedo a participar plenamente en la vida, una vaga sensaci�n de que "lo que soy no es suficiente". No siempre estos sentimientos se reconocen y admiten con facilidad, pero ah� est�n.

En el proceso del desarrollo, y en el proceso de la vida en s�, nos resulta sumamente f�cil apartarnos de un concepto positivo de nosotros mismos, o no llegar a formar-lo nunca. Tal vez no podamos jam�s estar satisfechos con nosotros mismos a causa de la aportaci�n negativa de los dem�s, o porque hemos faltado a nuestra propia honestidad, integridad, responsabilidad y autoafirmaci�n, o porque hemos juzgado nuestras acciones con una comprensi�n y una compasi�n Inadecuadas.

Sin embargo, la autoestima es siempre una cuesti�n de grado. Nunca he conocido a nadie que careciera por completo de autoestima positiva, ni tampoco he conocido a nadie que no fuera capaz de desarrollar su autoestima.

Desarrollar la autoestima es desarrollar la convicci�n de que uno es competente para vivir y merece la felicidad, y por lo tanto enfrentar a la vida con mayor confianza, benevolencia y optimismo, lo cual nos ayuda a alcanzar nuestras metas y experimentar la plenitud. Desarrollar la autoestima es ampliar nuestra capacidad de ser felices.

Si comprendemos esto, podemos apreciar que el hecho de cultivar la autoestima nos interesa a todos. No es necesario llegar a, Odiarnos para poder aprender a querernos m�s; no tenemos que sentirnos Inferiores para desear tenernos m�s confianza. No hemos de sentirnos infelices para desear ampliar nuestra capacidad de alegr�a.

Cuanto m�s alta sea nuestra autoestima, mejor preparados estaremos para afrontar las adversidades; cuanto m�s flexibles seamos, m�s resistiremos las presiones que nos hacen sucumbir a la desesperaci�n o a la derrota.

Cuanto m�s alta sea nuestra autoestima, m�s posibilidades tendremos de ser creativos en nuestro trabajo, lo que significa que tambi�n tendremos m�s posibilidades de lograr el �xito.

Cuanto m�s alta sea nuestra autoestima, m�s ambiciosos tenderemos a ser, no necesariamente en nuestra carrera o profesi�n o en un sentido econ�mico, sino en t�rminos de lo que esperamos experimentar en la vida en el plano emocional, creativo y espiritual.

Cuanto m�s alta sea nuestra autoestima, m�s posibilidades tendremos de entablar relaciones enriquecedoras y no destructivas, ya que lo semejante se atrae entre s�, salud llama a la salud, y la vitalidad y la generosidad de �nimo son m�s apetecibles que el vac�o afectivo y la tendencia a aprovecharse de los dem�s.

Cuanto m�s alta sea nuestra estima, m�s inclinados estaremos a tratar a los dem�s con respeto, benevolencia y buena voluntad, ya que no los percibiremos como amenaza, no nos sentiremos "extra�os y asustados en un mundo que nunca hicimos" (citando el poema de A. E. Housman), y porque el respeto por uno mismo es la base del respeto por los dem�s.

Cuanto m�s alta sea nuestra estima, m�s alegr�a experimentaremos por el solo hecho de ser, de despertarnos por la ma�ana, de vivir dentro de nuestros cuerpos.

Estas son las recompensas de la confianza y el respeto por nosotros mismos.

En Honoring the Self he analizado con detalle por qu� existen tales correlaciones; pero creo que est� claro que si deseamos ampliar nuestras posibilidades positivas y, por lo tanto transformar la calidad de nuestra existencia, debemos empezar por desarrollar nuestra autoestima. Examinemos m�s profundamente el significado de la autoestima.

La autoestima, en cualquier nivel, es una experiencia �ntima; reside en el n�cleo de nuestro ser. Es lo que yo pienso y siento sobre mi mismo, no lo que otros piensan o sienten sobre m�.

Cuando somos ni�os, los adultos pueden alimentar o minar la confianza y el respeto por nosotros mismos, seg�n que nos respeten, nos amen, nos valoren y nos alienten a tener fe en nosotros mismos, o no lo hagan. Pero aun en nuestros primeros a�os de vida nuestras propias elecciones y decisiones desempe�an un papel crucial en el nivel de autoestima que a la larga desarrollemos. Estamos lejos de ser meros recept�culos pasivos de las opiniones que los dem�s tengan de nosotros. Y de todos modos, cualquiera que haya sido nuestra educaci�n, como adultos la cuesti�n est� en nuestras manos.

Nadie puede respirar por nosotros, nadie puede pensar por nosotros, nadie puede imponernos la fe y el amor por nosotros mismos.

Puedo ser amado por mi familia, mi pareja y mis amigos, pero no amarme a m� mismo. Puedo ser admirado por mis socios y considerar no obstante que carezco de valores. Puedo proyectar una imagen de seguridad y aplomo que enga�e a todo el mundo, y temblar secretamente porque me siento in�til.

Puedo satisfacer las expectativas de los dem�s y no las m�as; puedo obtener altos honores y sin embargo sentir que no he logrado nada; puedo ser adorado por millones de personas pero despertar cada ma�ana con una deprimente sensaci�n de fraude y de vac�o.

Alcanzar el "�xito" sin alcanzar una autoestima positiva es estar condenado a sentirse como un impostor que espera con angustia que lo descubran.

As� como el aplauso de los otros no genera nuestra autoestima, tampoco lo hacen el conocimiento, ni la destreza, ni las posesiones materiales, ni el matrimonio, ni la paternidad o maternidad, ni las obras de beneficencia, ni las conquistas sexuales, ni las cirug�as est�ticas. A veces estas cosas pueden hacernos sentir mejor con respecto a nosotros mismos por un tiempo, o m�s c�modos en determinadas situaciones; pero comodidad no es autoestima.

Lo tr�gico es que la mayor�a de las personas buscan la autoconfianza y el autorrespeto en todas partes menos dentro de s� mismas, y por ello fracasan en su b�squeda. Veremos que la autoestima positiva se comprende mejor como una suerte de logro espiritual, es decir, como una victoria en la evoluci�n de la conciencia. Cuando comenzamos a concebirla de este modo, como un estado de conciencia, descubrimos la necedad de creer que s�lo con lograr que los dem�s se formen una impresi�n positiva de nosotros disfrutaremos de una consideraci�n positiva por parte de nosotros mismos. Dejaremos de decirnos: si pudiera lograr otro ascenso; si pudiera ser esposa y madre; si pudiera ser considerado un buen padre; si pudiera comprarme un coche m�s grande; si pudiera escribir otro libro, adquirir otra empresa, tener un nuevo amante, recibir otro premio, lograr un reconocimiento m�s de mi "abnegaci�n"... entonces me sentir�a realmente en paz conmigo mismo. Nos daremos cuenta de que, puesto que la b�squeda es irracional, ese anhelo por "algo m�s" existir� siempre.

Si la autoestima es el juicio de que soy apto para la vida, la experiencia de mi propia capacidad y val�a, si la autoestima es una conciencia autoafirmadora, una mente que conf�a en s� misma, nadie puede generar esta experiencia, salvo uno mismo.

Cuando apreciamos la verdadera naturaleza de la autoestima, vemos que no es competitiva ni comparativa.

La verdadera autoestima no se expresa por la autoglorificaci�n a expensas de los dem�s, o por el af�n de ser superior a los otros o de rebajarlos para elevarse uno mismo. La arrogancia, la jactancia y la sobrevaloraci�n de nuestras capacidades reflejan m�s bien una autoestima equivocada y no, como imaginan algunos, un exceso de autoestima.

El estado de una persona que no est� en guerra ni consigo misma ni con los dem�s, es una de las caracter�sticas m�s significativas de una autoestima sana.

La importancia de una autoestima sana radica en que esa es la base de nuestra capacidad para responder de manera activa y positiva a las oportunidades que se nos presentan en el trabajo, en el amor y en la diversi�n. Adem�s, es la base de esa serenidad de esp�ritu que hace posible disfrutar de la vida.

 

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