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:: HACIA EL CENTRO DE TU SER ::
 

�Qu� es la meditaci�n? Hacia el Centro de tu ser -Osho-

La meditaci�n es L�DICA

La meditaci�n no es algo propio de la mente, sino algo que est� m�s all� de ella. Y el primer paso es asumir una actitud l�dica frente a la medita�ci�n. Si tomas la meditaci�n como al�go divertido, la mente no podr� des�truir tu meditaci�n. Si no lo haces, la transformar� en otro viaje del yo y te tornar� muy serio. Comenzar�s a pen�sar: "Soy un gran meditador. Soy m�s sagrado que el resto de la gente, mientras que todo el mundo es terre�nal, soy religioso, soy virtuoso." Es esto lo que les ha sucedido a miles de as� llamados santos, moralistas, puri�tanos: solamente est�n jugando jue�gos del yo, sutiles juegos del yo.

Por eso quiero cortar esto de ra�z desde el principio. Enfrenta la medi�taci�n con una actitud l�dica. Es una canci�n para ser cantada, una danza para ser danzada. T�mala como diver�si�n y te sorprender�s: si puedes asu�mir en forma l�dica la meditaci�n, �s�ta se desarrollar� a pasos agigantados.

Pero t� no est�s anhelando logro alguno. Simplemente, est�s disfrutan�do de sentarte en silencio, gozando el mero acto de sentarte en silencio. No se trata de que est�s a la espera de al�g�n poder de yogui, siddhis,* mila�gros. Todo eso no tiene sentido: es la misma tonter�a de antes, el mismo viejo truco, pero con nuevas palabras, en un nuevo plano... La vida como tal debe ser entendida como un chiste del cosmos. Entonces, de repente, te rela�jar�s porque no hay nada por lo que tensionarse. Y, en esa misma relaja�ci�n, algo empieza a cambiar en ti: hay un cambio radical, una transfor�maci�n. Y las peque�as cosas de la vi�da comienzan a cobrar un nuevo sen�tido, una nueva significaci�n. Enton�ces, nada es peque�o, todo empieza a tomar un nuevo sabor, una nueva at�m�sfera. Uno empieza a sentir una es�pecie de santidad por todas partes. Uno no se transforma en cristiano, no se transforma en hind�, no se trans�forma en mahometano. Uno simple�mente se vuelve un amante de la vida. Uno aprende una sola cosa: c�mo go�zar de la vida.

Pero gozar de la vida es el camino hacia Dios. �Danza tu camino hacia Dios, r�e tu camino hacia Dios, canta tu camino hacia Dios! ( 1 )

 

La meditaci�n es CREATIVA

 Hasta ahora, has vivido de determi�nada manera. �No te gustar�a vivir de otro modo? Hasta ahora, has pensado

en cierta forma. �No te gustar�a algu�na nueva vislumbre en tu ser? Enton�ces, mant�nte alerta y no escuches a la mente. La mente representa al pa�sado que permanentemente intenta controlar tu presente y tu futuro. Es el pasado muerto que sigue controlando el presente vivo. Simplemente, toma conciencia de esto.

�Pero cu�l es la manera? �C�mo contin�a haci�ndolo la mente? La mente lo hace con su m�todo. Dice: "Si no me prestas atenci�n, no ser�s tan eficiente como yo. Si repites lo antiguo, puedes lograr mayor eficien�cia, porque ya lo has hecho antes. Si emprendes algo nuevo, no puedes ser tan eficiente." La mente sigue hablan�do como un economista, como un ex�perto en eficiencia. Sigue diciendo: "Esto es m�s f�cil de hacer. �Por qu� hacerlo de la forma dificultosa? �sta es la v�a que ofrece menor resisten�cia."

Recuerda: siempre que tengas dos opciones, dos alternativas, elige la nueva. Opta por la m�s dif�cil, aquella en la cual sea necesario un mayor co�nocimiento. A costa de la eficiencia, elige siempre el conocimiento, y ge�nerar�s una situaci�n en la cual se ha�ga posible la meditaci�n. Son sola�mente situaciones. La meditaci�n ten�dr� lugar. No estoy afirmando que s�lo creando estas situaciones se consiga la meditaci�n, pero ellas son �tiles.

Generar�n en ti la situaci�n necesaria, sin la cual no podr�a haber meditaci�n. S� menos eficiente pero m�s crea�tivo. Deja que �ste sea el motor. No te preocupes demasiado por los fines utilitarios. M�s bien, recuerda siem�pre que no est�s aqu�, en la vida, para transformarte en una mercanc�a. No est�s aqu� para convertirte en una uti�lidad con escasa dignidad. No est�s aqu� nada m�s que para volverte m�s y m�s eficiente. Est�s aqu� para tor�narte m�s y m�s vivo. Est�s aqu� para hacerte m�s y m�s inteligente. Est�s aqu� para volverte m�s y m�s feliz, exaltadamente feliz. Pero esto est� to�talmente alejado de los caminos de la mente. ( 2 )

 

La meditaci�n es CONCIENCIA

Cualquier cosa que hagas, hazla con profunda conciencia. Entonces, inclusive las cosas peque�as se trans�forman en sagradas. Entonces, coci�nar o limpiar se transforma en cosas sagradas; se hace culto de ellas. No se trata de qu� es lo que haces, sino de c�mo lo haces. Puedes limpiar el piso como un robot, un artefacto mec�ni�co; tienes que limpiarlo, as� que lo ha�ces. Entonces, te pierdes algo hermo�so. As�, malgastas esos momentos na�da m�s que en limpiar el piso. Lim�piar el piso pod�a haber sido una ex�periencia grandiosa. Te la perdiste. El suelo est� limpio, pero algo que pod�a haber pasado en tu interior no ha pasado. Si hubieras tenido conciencia, t� tambi�n (y no s�lo el piso) habr�as sentido el efecto de una profunda pu�rificaci�n. Limpia el piso con plena conciencia, con el brillo del conoci�miento. Trabaja, si�ntate o camina, pero con un hilo conductor: ilumina m�s y m�s momentos de tu vida con la conciencia. Deja que la vela del co�nocimiento se encienda en cada mo�mento, en cada acto. El efecto acumu�lativo de todos los momentos juntos los transforma en una gran fuente de luz. ( 3 )

 

La meditaci�n es tu NATURALEZA

�Qu� es la meditaci�n? �Es una t�c�nica que se puede practicar? �Es un esfuerzo que tienes que hacer? �Es al�go que la mente puede lograr? No. Todo lo que la mente es capaz de ha�cer no puede ser meditaci�n. Se trata de algo que est� m�s all� de la mente, y en ese terreno la mente resulta abso�lutamente in�til. La mente no puede acceder a la meditaci�n. Donde termi�na la mente, comienza la meditaci�n. Es necesario recordar esto, porque en nuestras vidas, hagamos lo que haga�mos, lo hacemos a trav�s de la mente; sea lo que sea lo que logramos, lo lo�gramos a trav�s de la mente. Y enton�ces, cuando nos volvemos hacia adentro, nuevamente empezamos a pensar en t�rminos de t�cnicas, m�todos, ac�ciones, porque toda la experiencia de vida nos muestra que la mente puede lograrlo todo. S�, a excepci�n de la meditaci�n, la mente puede lograrlo todo. Todo lo ejecuta la mente, salvo la meditaci�n. Porque la meditaci�n no es un logro; es un estado previo: es tu naturaleza. No es necesario adqui�rirla; s�lo es preciso reconocerla, s�lo hay que recordarla. Est� all� esper�n�dote: basta con darte vuelta y est� a tu disposici�n. Te ha estado acompa�an�do desde siempre.

La meditaci�n es tu naturaleza in�tr�nseca: eres t�, es tu ser, no tiene na�da que ver con tus acciones. No puedes tenerla y no puedes no tenerla. No puede ser pose�da, pues no es una co�sa. Eres t� mismo. Es tu ser. ( 4 )

 

La meditaci�n es INACCI�N

Cuando la gente viene y me pre�gunta "�C�mo hago para meditar?", yo le respondo: "No es necesario pre�guntar c�mo se medita. Pregunta c�mo hacer para permanecer libre de ocupaciones. La meditaci�n se produ�ce espont�neamente. S�lo pregunta c�mo tener tiempo libre de ocupacio�nes: eso es todo. En esto consiste to�do el truco de la meditaci�n: en c�mo permanecer libre de ocupaciones. En�tonces, no puedes hacer nada: la me�ditaci�n habr� de florecer."

Cuando no est�s haciendo nada, la energ�a se desplaza hacia el centro, se instala en el centro. Cuando est�s ha�ciendo algo, la energ�a se dirige hacia afuera. Actuar es una forma de salirse de uno mismo. No actuar es una for�ma de entrar en uno. Las ocupaciones son un medio de escape. Puedes leer la Biblia, puedes transformarlo en una ocupaci�n. No hay diferencia alguna entre una ocupaci�n religiosa y una secular: todas son ocupaciones y te ayudan a quedarte en la parte exterior de tu ser. Son excusas para quedarse del lado de afuera.

El hombre es ignorante y ciego, y quiere seguir si�ndolo, porque le pa�rece que volverse hacia el interior es como entrar en un caos. Y as� es. En tu interior, has generado un caos. Tie�nes que salir a su encuentro y superar�lo. Se requiere coraje: coraje para ser uno mismo, y coraje para meterse dentro de uno mismo. No conozco co�raje m�s grande que ese coraje de ser meditativo.

Pero la gente que se queda en la parte exterior, ya sea con cosas terre�nales o no terrenales, pero igualmente con ocupaciones, piensa... y ha dado origen a un rumor a su alrededor: tie�nen sus propios fil�sofos, que dicen que, si eres un introvertido, de alguna manera est�s enfermo, algo no anda bien contigo. Y constituyen la mayo�r�a. Si meditas, si te sientas en silen�cio, se burlar�n de ti:

"�Qu� est�s haciendo? �Mir�ndote fijamente el ombligo? �Abriendo el tercer ojo? �Ad�nde vas? �Est�s en�fermo?... Porque, �qu� hay para hacer en el interior? No hay nada."

Para la mayor�a de la gente, el inte�rior no existe; s�lo consideran que existe el afuera. Y en realidad es exac�tamente al rev�s: s�lo el adentro es real; el afuera no es m�s que un sue��o. Pueden llamar enfermos a los introvertidos, pueden llamar enfermos a los meditadores. En Occidente, pien�san que el Oriente est� algo perturba�do: �cu�l es la finalidad de sentarse solo y dirigir la mirada hacia adentro? �Qu� va uno a encontrar all�? No hay nada.

David Hume, uno de los grandes fil�sofos brit�nicos, lo intent� una vez... porque estaba estudiando los Upanishads * y �stos repet�an: "Entra, entra, entra." �ste era su �nico mensa�je. As� que lo intent�. Un d�a cerr� los ojos (un hombre totalmente profano, muy l�gico, emp�rico, pero en absolu�to meditativo), cerr� sus ojos y excla�m�:

"�Es tan aburrido! Es aburrido mi�rar hacia el interior de uno mismo. Los pensamientos se movilizan, a ve�ces algunas emociones tambi�n, pero siguen dispar�ndose en la mente, y t� contin�as observ�ndolas. �Con qu� objetivo? Es in�til. No tiene sentido."

Y as� lo entiende mucha gente. La perspectiva de Hume es la de la mayor parte de la gente. �Qu� est�s haciendo para llegar al interior de ti mismo? Hay oscuridad, pensamientos flotan�do aqu� y all�. �Qu� har�s? �Qu� sal�dr� de esto? Si Hume hubiera espera�do un poco m�s (lo cual es dif�cil pa�ra personas como �l), si hubiera sido un poco m�s paciente, a medida que los pensamientos desaparecen, las emociones se serenan. Pero, si esto le hubiera ocurrido a Hume, habr�a di�cho:

"Esto es aun peor, porque viene el vac�o. Al menos, antes hab�a pensa�mientos, algo de que ocuparse, para observar, algo en que pensar. Ahora, han desaparecido hasta los pensa�mientos; queda s�lo el vac�o... �Qu� hacer con el vac�o? Es absolutamente in�til."

Pero, si hubiera esperado un poco m�s, entonces tambi�n hubiera desa�parecido la oscuridad. Es como cuan do dejas un lugar iluminado por el c�lido sol y entras a la casa: todo se ve oscuro porque tus ojos necesitan po�nerse un poco a tono. Est�n adaptados al c�lido sol de afuera; en compara�ci�n, tu casa parece oscura. No pue�des ver; te sientes como si fuera de noche. Pero esperas, te sientas, des�cansas en una silla y, tras unos segun�dos, tus ojos se adaptan. Ahora, ya no est� oscuro, un poco m�s de luz... Descansas una hora y todo es lumino�so, no hay oscuridad para nada.

Si Hume hubiera esperado un poco m�s, la oscuridad tambi�n se hubiera desvanecido. Como has pasado en el c�lido sol de afuera muchas vidas, tus ojos se han acomodado a �l, han per�dido la flexibilidad. Necesitan un ajus�te. Cuando uno entra a la casa, le lleva un ratito, algo de tiempo y de pacien�cia. No te apresures.

Nadie puede llegar a conocerse a s� mismo con apuro. Es una espera muy, muy profunda. Se necesita una pacien�cia infinita. Lentamente, la oscuridad desaparece. Surge una luz que no pro�viene de fuente alguna. No tiene llama, no hay una l�mpara encendida, tampo�co est� el sol all�. Una luz, tal como aparece a la ma�ana, cuando la noche ha desaparecido y el sol a�n no ha sali�do... O como a la tarde, en el crep�scu�lo, cuando el sol se ha puesto y todav�a no ha ca�do la noche. �sta es la raz�n por la cual los hind�es denominan a su oraci�n sandhya. Sandhya significa crep�sculo, luz que carece de fuente.

Cuando te dirijas hacia el interior, llegar�s a la luz que carece de fuente. En esa luz, por primera vez, comienzas a comprenderte a ti mismo y a en�tender qui�n eres, porque t� eres esa luz. T� eres ese crep�sculo. T� eres esa sandhya, esa pura claridad, esa percepci�n, donde el observador y lo observado desaparecen, permanecien�do s�lo la luz. ( 5 )

 

La meditaci�n es ser TESTIGO

La meditaci�n comienza por sepa�rarse de la mente, por ser un testigo. �sta es la �nica manera de separarse

de algo. Si est�s mirando hacia la luz, naturalmente, una cosa es segura: t� no eres la luz; eres quien est� miran�do la luz. Si est�s observando las flo�res, una cosa es segura: t� no eres la flor; eres el observador.

La contemplaci�n es la clave de la meditaci�n. Contempla tu mente. No hagas nada: ni repetir un man�tra, ni repetir el nombre de Dios. S�lo observa lo que la mente hace. No la perturbes, no la obstaculices, no la re�primas; no emprendas nada por tu parte. Lim�tate a ser un observador. Y el milagro de la contemplaci�n es la meditaci�n. A medida que observes, lenta, lentamente, la mente se vaciar� de pensamientos. Pero no te est�s quedando dormido; est�s cada vez m�s alerta, m�s consciente.

Cuando la mente se vac�a por com�pleto, toda tu energ�a se transforma en una llama de despertar. Esta llama es el resultado de la meditaci�n. As� que puedes decir que la meditaci�n es otro nombre de la contemplaci�n, del ser testigo, de la observaci�n, sin emitir juicio ni evaluaci�n alguna. S�lo por medio de la contemplaci�n, saldr�s de inmediato de la mente...

Todo lo que el yogui Maharishi Mahesh y otros como �l hacen est� bien, pero llaman meditaci�n a algo que no lo es. All� es donde est�n guiando a la gente por un camino errado. Si hubieran seguido siendo sinceros y aut�nticos, y le hubieran dicho a la gente que esto traer�a salud mental, salud f�sica, una vida m�s re�lajada, una existencia m�s pac�fica, hubiera sido correcto. Pero, una vez que comenzaron a llamarla "medita�ci�n trascendental", le hab�an atribui�do a algo muy trivial una grandiosa significaci�n que no le corresponde. La gente ha participado de la medita�ci�n trascendental durante a�os y, en Oriente, durante miles de a�os. Pero esto no se ha transformado, para la gente, en un mayor autoconocimien�to, y no los ha convertido en Buda Gautama.

Si deseas entender exactamente qu� es la meditaci�n, el Buda Gauta�ma es el primer hombre que arrib� a una definici�n correcta y precisa: es ser testigo. ( 6 )

 

La meditaci�n es un SALTO

Nunca puedes ir m�s all� de la mente si sigues utiliz�ndola. Tienes que dar un salto, y la meditaci�n im�plica ese salto. �sta es la raz�n por la cual la meditaci�n es il�gica, irracio�nal. Y no se la puede tornar l�gica; no se la puede reducir a la raz�n. Tienes que experimentarla. �nicamente si pasas por esta experiencia, adquieres conocimiento. As� que intenta esto: no pienses en ella; intenta, trata de ser testigo de tus propios pensamientos. Si�ntate, relajado, cierra los ojos, de�ja fluir tus ideas como fluyen las im�genes en una pantalla. Obs�rvalas, m�ralas, hazlas tus objetos. Surge un pensamiento: cont�mplalo profundamente. No pienses en �l; s�lo obs�r�valo. Si empiezas a pensar en �l, no ser�s testigo: habr�s ca�do en la tram�pa.

Hay afuera una bocina. Surge una idea: "est� pasando un auto"; o ladra un perro, o algo sucede. No pienses en ello; s�lo contempla la idea. El pensamiento ha surgido, ha tomado forma. Aunque sea por un solo instan�te, si eres capaz de observar el proce�so de pensamiento sin pensar en �l, habr�s aprendido a ser testigo y ha�br�s ganado algo al serlo. Es un gus�to, un gusto diferente del pensar (to�talmente diferente). Pero es necesario experimentar con �l. La religi�n y la ciencia son polos opuestos, pero en algo se parecen y ponen el acento en lo mismo: la ciencia depende de la ex�perimentaci�n, al igual que la reli�gi�n. S�lo la filosof�a es no experi�mental. La filosof�a s�lo depende del pensar. Tanto la religi�n como la cien�cia dependen de la experiencia: en el caso de la ciencia, con objetos; en el caso de la religi�n, con tu subjetivi�dad. La ciencia depende de la experi�mentaci�n con cosas, no contigo; y la religi�n depende de la experimenta�ci�n directa contigo.

Es dif�cil, porque en la ciencia el experimentador est� all�, el experi�mento est� all� y el objeto que va a ser experimentado tambi�n. Hay tres co�sas: el objeto, el sujeto y el experi�mento. En la religi�n, t� eres estas tres cosas al mismo tiempo. Debes experimentar contigo mismo. T� eres el sujeto, el objeto y el laboratorio. No sigas pensando. Comienza por al�g�n lado, empieza a experimentar. Entonces, tendr�s una sensaci�n di�recta de lo que es pensar y lo que es ser testigo. Y as� llegar�s a saber que no puedes hacer las dos cosas en for�ma simult�nea, as� como no puedes correr y estar sentado al mismo tiem�po. Si corres, no puedes estar sentado, entonces no te sientas. Y si est�s sen�tado, no puedes correr. Pero sentarse no es la funci�n de las piernas. Correr es la funci�n de las piernas; no sentar�se. En realidad, sentarse es la no fun�ci�n de las piernas. Cuando las pier�nas est�n funcionando, no est�s senta�do. Sentarse es la no funci�n de las piernas; correr es su funci�n.

Lo mismo ocurre con la mente: pensar es una funci�n de la mente; ser testigo implica una no funci�n de la mente. Cuando la mente no est� fun�cionando, puedes ser testigo, y enton�ces tienes la conciencia. ( 7 )

 

La meditaci�n es CIENT�FICA

La meditaci�n es un m�todo puro y cient�fico. En ciencia, se llama ob�servaci�n, observaci�n de los obje�tos. Cuando miras hacia tu interior, es la misma observaci�n, s�lo que haciendo un giro de ciento ochenta grados y dirigiendo la mirada hacia adentro. �sta es la raz�n por la cual la llamamos meditaci�n. No es nece�sario Dios alguno, as� como no es necesaria Biblia alguna. No es nece�sario, como prerrequisito, tener un sistema de creencias.

Un ateo puede meditar, as� como puede hacerlo cualquier persona, por�que la meditaci�n no es sino un m�to�do de volverse hacia el interior. ( 8 )

 

La meditaci�n es un EXPERIMENTO

�No crees en Dios? Eso no es un impedimento para la meditaci�n. �No crees en el alma? Eso no es un impe�dimento en la meditaci�n. �No crees en nada? Eso no es un obst�culo. Pue�des meditar, pues la meditaci�n sim�plemente indica c�mo acceder al inte�rior de uno mismo: si hay o no un al�ma no tiene importancia, as� como no la tiene si existe o no un Dios.

Una cosa es segura: que t� existes. Si seguir�s existiendo despu�s de la muerte o no, no interesa. S�lo impor�ta una cosa: en este preciso momento, t� existes. �Qui�n eres? Para acceder a ello, est� la meditaci�n: para pene�trar m�s hondo en tu propio ser. Tal vez sea s�lo algo moment�neo; tal vez no seas eterno; tal vez la muerte ponga fin a todo. No imponemos con�dici�n alguna en que est�s obligado a creer. S�lo decimos que tienes que probar. Simplemente int�ntalo. Un d�a sucede: los pensamientos no est�n all�. Y de repente, cuando las ideas desaparecen, t� quedas separado de tu cuerpo, pues los pensamientos consti�tuyen el puente entre ambos. A trav�s de ellos, est�s unido al cuerpo. Cons�tituyen el nexo. En forma repentina, el nexo desaparece: t� est�s all�, el cuerpo tambi�n est� all�, y hay un in�finito abismo entre ambos. Entonces, sabes que el cuerpo ha de morir, en tanto que t� no puedes morir.

Entonces, no se trata de algo como un dogma; no es un credo, es una ex�periencia que se comprueba por s� misma. Ese d�a, la muerte desaparece.

Ese d�a, la duda desaparece, porque ya no necesitas estar permanentemen�te defendi�ndote. Nadie puede des�truirte: eres indestructible. Entonces, la confianza surge, se desborda. Y te�ner confianza es estar en �xtasis; tener confianza es estar en Dios; tener con�fianza es estar satisfecho.

As� que yo no hablo de cultivar la confianza, sino de experimentar la meditaci�n.

 

La meditaci�n es SILENCIO

La mente implica palabras; el yo, silencio. La mente no es sino la suma�toria de todas las palabras que has acumulado. El silencio es algo que siempre ha estado contigo, no es una acumulaci�n. �ste es el significado del yo: es tu cualidad intr�nseca. So�bre el fondo del silencio, contin�as acumulando palabras, y la sumatoria de todas las palabras es lo que se co�noce como mente. El silencio es me�ditaci�n. Es una cuesti�n de cambiar la percepci�n de la forma, de desviar la atenci�n de las palabras hacia el si�lencio, que siempre ha estado all�. ( 10 )

 

La meditaci�n es el PASO

La meditaci�n es un estado natural, que hemos perdido. Es un para�so perdido, pero el para�so puede ser re�cuperado. Mira a los ni�os a los ojos... M�ralos y ver�s un gran silen�cio, una inocencia. Cada ni�o viene con un estado meditativo, pero debe ser iniciado en los caminos de la so�ciedad: hay que ense�arle a pensar, a calcular, a razonar, a discutir; hay que ense�arle las palabras, el lenguaje, los conceptos. Y lenta, lentamente, pierde contacto con su propia inocencia. Se contamina, es corrompido por la so�ciedad. Se transforma en una maqui�naria eficiente; deja de ser un hombre.

Todo lo que se necesita es recupe�rar ese espacio una vez m�s. Alguna vez lo conociste, as� que, cuando te acercas a la meditaci�n por primera vez, te sorprendes, pues un gran sen�timiento surgir� en ti como si lo hu�bieras experimentado previamente. Y esa sensaci�n es real: lo has vivido antes, pero lo has olvidado. El dia�mante se ha perdido en medio de un mont�n de basura. Pero, si eres capaz de descubrirlo, hallar�s nuevamente el diamante: te pertenece.

No puede perderse verdaderamen�te: s�lo se puede olvidar. Nacemos como meditadores y despu�s apren�demos los caminos de la mente. Pero nuestra naturaleza real permanece es�condida en alg�n lugar, en las profun�didades, como una corriente submari�na. Cualquier d�a, una peque�a exca�vaci�n, y encontrar�s la fuente de la que a�n fluye agua fresca. Y encon�trarla es uno de los m�s grandes pla�ceres de la vida. ( 11 )

 

La meditaci�n es REMINISCENCIA

Dondequiera que est�s, recuerda que t� existes. Esta conciencia de tu existencia debe tornarse una continui�dad. No tu nombre, tu casta, tu nacio�nalidad. �sas son cosas f�tiles, abso�lutamente vanas. S�lo recuerda: "Yo soy." No hay que olvidar esto. Esto es lo que los hind�es denominan remi�niscencia del yo, lo que Buda llamaba autocontemplaci�n, lo que Gurdjieff sol�a denominar recuerdo del yo, y lo que Krishnamurti llama conciencia.

�sta es la parte m�s sustancial de la meditaci�n: recordar que "yo soy". Mientras camines, est�s sentado, co miendo o hablando, recuerda el "yo soy". Nunca lo olvides. Ser� muy dificultoso y arduo. Al comienzo, los olvidos ser�n permanentes; s�lo ha�br� momentos sueltos en los cuales te sentir�s iluminado, que luego se per�der�n. Pero no te sientas mal: aun es�tos momentos sueltos son mucho. Siempre que puedas volver a recor�dar, retoma el hilo. Cuando olvides, no te preocupes. Recuerda nuevamen�te, vuelve a retomar el hilo, y poco a poco las brechas se ir�n reduciendo, los intervalos comenzar�n a perderse, y surgir� una continuidad. Y cuando tu conciencia adquiere continuidad, no necesitas usar la mente. Entonces, no hay planificaci�n; es tu conciencia y no tu mente la que dirige tus actos. Entonces, no hay necesidad de defen�sa alguna, no hay necesidad de dar ex�plicaci�n alguna. En consecuencia, eres lo que eres: no hay nada que es�conder. Aquello que eres, lo eres. No puedes hacer otra cosa. �nicamente puedes hallarte en un estado continuo de reminiscencia. A trav�s de esta re�miniscencia, de esta autocontempla�ci�n, llega la aut�ntica religi�n, la au�t�ntica moralidad. ( 12 )

 

La meditaci�n es LIBERTAD

 

Si la vida fluye hermosa, natural�mente, si no hay maestros negativos para la vida, si no hay ni pol�ticos ni sacerdotes que te distraigan, enton�ces, cerca de los cuarenta y dos a�os, exactamente al llegar la madurez se�xual, madura la meditaci�n. Alrede�dor de los cuarenta y dos a�os, uno comienza a sentirse volcado hacia adentro. Cerca de los catorce a�os, uno empieza a volcarse hacia los de�m�s, se torna extravertido. El amor implica extraversi�n; la relaci�n es pensar en el otro. La meditaci�n es in�troversi�n, y significa pensar en el propio ser, en el centro de uno mismo.

Entre los catorce y los cuarenta y dos a�os, se produce un cambio. Poco a poco, uno vive la vida, conoce lo que es el amor, sabe de su satisfacci�n y de su frustraci�n, de su alegr�a y de su tristeza, de su belleza y de su es�panto, sabe que hay momentos de in�tenso �xtasis y, despu�s, grandes va�lles de oscuridad. Entonces, uno em�pieza poco a poco a volcarse hacia el propio ser, dado que depender del otro nunca puede producir verdadero �xtasis. Si tu placer depende del otro, ese placer nunca puede tener en s� mismo la cualidad de la libertad. Y un placer que no tiene la cualidad de la libertad no es un gran placer. Si eres dependiente respecto del otro, enton�ces hay all� una limitaci�n. El placer al que se accede a trav�s del amor es moment�neo: s�lo puedes encontrarte con el otro en algunos momentos; lue�go, te separas y te sientes solo. Entre�tanto, te sientes solo. S�lo por un mo�mento te unes con el otro. Entonces, uno empieza a pensar: "�Hay alguna manera de hacerse uno con la existen�cia y no sentirse solo nunca m�s?"

En esto consiste la meditaci�n. El amor es unirse a la existencia a trav�s de otra persona s�lo durante algunos momentos. La meditaci�n es unirse a la existencia eternamente.

Yoga quiere decir "unir". Esto debe suceder en alg�n profundo lugar del coraz�n. Y entonces hay placer y hay libertad. Y entonces hay dicha, pero no seguida de un valle de oscuridad. Entonces, la felicidad es eterna y la celebraci�n es eterna. ( 13 )

 

La meditaci�n es SENSIBILIDAD

Es la luz de la conciencia la que torna preciosas, extraordinarias las cosas. Entonces, las cosas peque�as dejan de ser peque�as. Cuando un hombre consciente, sensible y afec�tuoso toca un guijarro de la orilla, �s�te se transforma en un diamante. Y si tocas un diamante en tu estado de in�conciencia, no es m�s que un guijarro ordinario (ni siquiera eso). La profun�didad y el sentido de tu vida ser�n proporcionales a tu nivel de concien�cia.

Ahora, la gente se pregunta por to�do el mundo: "�Cu�l es el sentido de la vida?" Evidentemente, el sentido est� perdido, porque has perdido la forma de descubrir el sentido, y esta forma es la conciencia. ( 14 )

 

La meditaci�n es CRECER

Envejecer no es algo valioso: todo animal pasa por eso, sin necesidad de usar la inteligencia. El crecimiento es una experiencia totalmente diferente. El envejecimiento es horizontal. El crecimiento es vertical: te lleva a las alturas, y te conduce a las profundida�des. Y habr� de sorprenderte saber que el tiempo es horizontal, lo cual suena bastante extra�o. Pasa un mo�mento, luego viene otro momento, otro y otro m�s... sucedi�ndose en una l�nea, en una l�nea horizontal. El tiem�po es horizontal, tal como lo es la mente. A una idea le sigue otra, y a �sta, otra, y otra, pero en una l�nea, una hilera, una procesi�n o un embotellamiento, pero siempre en forma horizontal.

La meditaci�n es vertical: va m�s all� de la mente y m�s all� del tiempo. Y, tal vez, finalmente llegues a la con�clusi�n de que el tiempo y la mente son equivalentes, son dos nombres del mismo fen�meno: la sucesi�n de ideas, de momentos. La meditaci�n significa detener tanto el tiempo co�mo la mente, y empezar de repente a elevarse a la eternidad. La eternidad no forma parte del tiempo, y tampoco es un pensamiento; es una experien�cia. ( 15 )

 

La meditaci�n es NO ESCAPISTA

El hombre que vive en el futuro vi�ve una vida falsificada. No vive ver�daderamente; s�lo aparenta vivir. Es�pera vivir, lo desea, pero nunca lo ha�ce. Y el ma�ana nunca llega; siempre es hoy. Lo que viene es siempre aqu� y ahora, y el hombre no sabe vivir el "aqu� y ahora": s�lo sabe escaparle. La forma de escapar al "aqu� y ahora" se llama deseo, tanha (que es la pala�bra del Buda que hace referencia a una huida del presente, a un escape de lo real hacia lo irreal).

El hombre que desea es un escapis�ta.

Ahora, y esto es muy extra�o, se piensa que los meditadores son escapistas. Esto es un completo contrasen�tido. Los meditadores son los �nicos no escapistas: todos los dem�s s� lo son. La meditaci�n implica dejar de lado el deseo, abandonar los pensa�mientos, deshacerse de la mente. La meditaci�n significa relajarse en el momento, en el presente. La medita�ci�n es lo �nico en el mundo que no es escapista, a pesar de que se crea que es lo m�s escapista que hay. Quienes condenan la meditaci�n a menudo lo hacen utilizando el argu�mento de que implica un escape, es�capar de la vida. S�lo dicen cosas sin sentido; no comprenden lo que dicen.

La meditaci�n no implica escapar de la vida. Es escapar hacia la vida. La mente lleva a escapar de la vida; el deseo es escapar de la vida. ( 16 )

 

La meditaci�n es un DON

Estar en silencio es el arte m�s simple del mundo. No es una acci�n, sino una no acci�n. �C�mo puede re�sultar dificultoso?

�Te estoy mostrando el camino de la iluminaci�n a trav�s de la pereza! No hay que hacer nada para alcanzar la, pues est� en tu naturaleza. Ya la tienes; s�lo que est�s tan ocupado con otras actividades que no puedes perci�bir tu propia naturaleza.

En las profundidades de tu interior es como afuera: la belleza, el silencio, el �xtasis, la dicha. Pero, por favor, a veces ten clemencia contigo: si�ntate y no emprendas actividad alguna, ni f�sica ni mental. Rel�jate, mas no al modo norteamericano... Puesto que he visto tantos libros norteamericanos titulados C�mo relajarse, en los que el t�tulo mismo indica que el autor no sabe nada acerca de la relajaci�n: no hay "c�mo".

S�, est� bien: C�mo reparar un au�tom�vil: tienes que hacer algo. Pero no hay acciones como tales en lo con�cerniente a la relajaci�n. Simplemen�te, no hagas nada. S� que te resultar� algo dif�cil al comienzo. No se debe a que sea dificultoso relajarse, sino a que te has vuelto adicto a la necesidad de hacer algo. Llevar� un tiempo su�perar esa adicci�n.

S�lo s� y contempla. Ser es no ha�cer y contemplar es tambi�n no hacer. Te sientas en silencio sin realizar acti�vidad alguna, siendo testigo de todo lo que suceda. Las ideas dar�n vueltas en tu mente. Puedes sentir cierta ten�si�n en algunas partes del cuerpo; te puede doler la cabeza. S�lo s� testigo de lo que pase, no te identifiques con eso. Observa, s� como un observador que desde la monta�a contempla lo que sucede en el valle. Es un don, no un arte.

La meditaci�n no es una ciencia, no es un arte. Es un don; no m�s que eso. Todo lo que necesitas es un poco de paciencia.

Los viejos h�bitos habr�n de per�durar; las ideas seguir�n precipit�ndo�se. Y tu mente siempre est� como si fuera la hora pico, con el tr�nsito apretado. Tu cuerpo no est� acostum�brado a sentarse en silencio: te move�r�s y te dar�s vuelta. No hay de qu� preocuparse. Simplemente, observa que el cuerpo se est� moviendo y se est� dando vuelta, que la mente est� convulsionada, llena de ideas (consis�tentes, inconsistentes, f�tiles), fanta�s�as, sue�os. Qu�date en el centro, ob�servando.

Todas las religiones del mundo le han ense�ado a la gente a hacer algo: detener el proceso de pensamiento, forzar el cuerpo a asumir una postura inm�vil. En esto consiste el yoga: en una larga pr�ctica para forzar al cuer�po a una postura inm�vil. Pero un cuerpo forzado no est� inm�vil. Y las oraciones, las concentraciones, las contemplaciones de todas las religio�nes hacen lo mismo con la mente: la fuerzan, no permiten que los pensa�mientos fluyan. S�, tienes la capaci�dad de hacerlo. Y, si insistes, puedes detener el proceso de pensamiento. Pero esto no es lo real, es absoluta�mente fingido.

Cuando la inmovilidad viene por s� misma, cuando el silencio se instala sin que hagas esfuerzo alguno, cuan�do contemplas los pensamientos y lle�ga un momento en que empiezan a desaparecer las ideas y comienzan a producirse silencios, es hermoso. Los pensamientos se detienen por s� solos si no te identificas, si contin�as en la posici�n del testigo y no dices: "�ste es mi pensamiento."

No dices: "Esto est� bien; esto est� mal", "Esto deber�a estar all�' y "Es�to no tendr�a que estar ah�". Si lo hi�cieras, ya no ser�as un observador: tendr�as prejuicios, ciertas actitudes. Un observador no tiene prejuicios, no emite juicios de valor; s�lo refleja lo que ve, como un espejo.

Cuando pones algo frente a un es�pejo, �ste simplemente refleja lo que est� delante. No juzga que el hombre es feo, o que es hermoso, ni dice:

"�Ay! �Qu� bonita nariz tienes!" El espejo no tiene nada que decir. Su na�turaleza es reflejar, y refleja. �sta es la raz�n por la cual hablo de medita�ci�n: t� s�lo reflejas todo lo que suce�de por dentro o por fuera.

Yo te lo garantizo... Puedo garanti�zarlo porque me ha pasado a m� y le ha pasado a mucha de mi gente. S�lo mira con paciencia; tal vez pasen unos pocos d�as, quiz�s hasta unos pocos meses, o tal vez unos pocos a�os. No hay forma de anticiparlo, puesto que cada individuo tiene un ritmo diferente.

Debes haber visto a la gente que junta antiguas estampillas de correo. Cada uno tiene una colecci�n diferen�te; la cantidad puede ser diversa, por lo tanto el tiempo que le lleve a cada uno ser� diferente; pero trata de seguir como testigo hasta tanto puedas ha�cerlo. Y esta meditaci�n no necesita un tiempo especial. Puedes limpiar el piso y permanecer en silencio obser�v�ndote a ti mismo limpiando el piso.

Puedo mover la mano sin concien�cia de ello, sin observarla, o bien pue�do moverla con plena conciencia. Y hay una diferencia cualitativa. Cuan�do la mueves en forma inconsciente, es mec�nico. Cuando la mueves en forma consciente, hay gracia. Incluso en la mano, que forma parte de tu cuerpo, sentir�s silencio, indiferencia.

�Y qu� decir de la mente? Con tu permanente observaci�n, lentamente comienza a reducirse m�s y m�s la precipitaci�n de ideas. Comienzan a aparecer momentos de silencio; apa�rece un pensamiento y despu�s hay si�lencio antes de que aparezca otro pen�samiento.

Estas lagunas te brindar�n la pri�mera vislumbre de meditaci�n y el primer placer de estar llegando a puerto. ( 17 )

 

La meditaci�n es CLARIDAD

Una vez que comprendes qu� es la meditaci�n, las cosas se aclaran mu�cho. Si no, puedes seguir andando a tientas en la oscuridad. La meditaci�n es un estado de claridad, no un estado de la mente. La mente implica confu�si�n; nunca es clara: no puede serlo. Los pensamientos crean nubes a tu al�rededor; nubes sutiles. �stas generan una neblina, y se pierde la claridad. Cuando las ideas desaparecen, cuan�do no hay m�s nubes a tu alrededor, cuando te centras s�lo en tu ser, se produce la claridad. Entonces, puedes ver mucho m�s lejos; puedes ver has�ta los confines mismos de la existen�cia. Entonces, tu mirada se torna penetrante, y llega hasta el centro mis�mo del ser.

La meditaci�n es claridad, absolu�ta claridad, de la visi�n. No puedes pensar en eso. Debes dejar de pen�sar.(  18 )

 

La meditaci�n es VAC�O

 

Durante siglos se ha estado en con�tra del vac�o. El vac�o es maravilloso. Gente tonta ha estado dici�ndote: "La mente en blanco es obra del Diablo." �La mente en blanco es obra de Dios! La mente ocupada constituye una obra del Diablo.

Pero es necesario estar verdadera�mente vac�o. Ser holgaz�n no signifi�ca estar vac�o; no hacer nada no signi�fica estar vac�o: miles de ideas vocife�ran en tu interior. Puedes ser holgaz�n desde lo que se ve de afuera, pero en tu interior puede haber mucho traba�jo.

Pueden alzarse muchas paredes, pueden estarse preparando nuevas prisiones para que, cuando te hartes de las viejas, puedas acceder a las nuevas. En cualquier momento, pue�den quebrarse las viejas cadenas; por eso, puedes estar creando cadenas nuevas por si se rompen las viejas. Entonces, te sentir�s muy vac�o.

De vez en cuando sucede natural�mente, porque es tu misma naturaleza ser libre. Entonces, de vez en cuando, a pesar de ti... mirando un atardecer, de repente olvidas todos tus deseos. Olvidas toda ansia, todos tus anhelos de placer.

El atardecer es tan hermoso, tan so�brecogedor, que olvidas el pasado y el futuro: s�lo queda el presente. Eres uno con el momento, no hay un ob�servador y un observado. El observa�dor se transforma en el objeto obser�vado. T� no est�s separado del atarde�cer.

Te une un puente a �l. En esta co�muni�n accedes a un claro, y en vir�tud de �l te sientes alegre. Pero nueva�mente vuelves a caer en el agujero ne�gro, por la simple raz�n de que, para salir al claro, necesitas el coraje de quedarte bajo el cielo vac�o.

Esto es lo que llamo sannyas. Denomino a este coraje sannyas: no escapar, sino llegar al claro, con�templando el cielo sin nubes, oyendo los cantos de los p�jaros sin distorsio�nes. Y, entonces, una y otra vez te vas adaptando al vac�o y al placer de estar vac�o.

Lenta, lentamente, ves que el vac�o es algo m�s que el vac�o. Implica una plenitud, una plenitud de algo de lo que nunca has tenido conciencia, una plenitud de algo que nunca has sabo�reado.

Es decir que al principio parece vac�o, y al final est� lleno, totalmente lleno, abrumadoramente lleno. Est� lleno de paz, est� lleno de silencio, es�t� lleno de luz. ( 19 )

 

La meditaci�n es INTELIGENCIA

Mant�n una mirada profunda den�tro de tu mente: f�jate cu�les son sus motivaciones. Cuando haces algo, busca de inmediato la motivaci�n pues, si �sta se te escapa, la mente se�guir� enga��ndote y dici�ndote que la motivaci�n es otra. Por ejemplo: lle�gas a casa enojado y golpeas a tu hijo. Tu mente dir�: "Es por su bien, para ense�arle a comportarse." Esto es una racionalizaci�n. Busca m�s profunda�mente... Estabas enojado y buscabas a alguien con quien pudieras enfurecer�te. No pod�as pelearte con el jefe de la oficina, pues �l es demasiado fuerte para enfrentarlo: ser�a un riesgo, ade�m�s de un peligro desde el punto de vista econ�mico. Necesitabas a al�guien indefenso. Ahora, como este ni��o est� totalmente indefenso, depende de ti; no puede reaccionar, no puede hacer nada, no puede pagarte con la misma moneda. No podr�as encontrar una v�ctima m�s perfecta.

Reflexiona: �est�s enojado con el ni�o? Si lo est�s, quiere decir que la mente te est� embaucando.

La mente te enga�a permanente�mente, las veinticuatro horas del d�a, y t� contribuyes a ello. Entonces, al final, te sientes miserable y te ganas el infierno. Busca en todo momento la motivaci�n correcta. Si puedes encon�trarla, la mente tendr� cada vez me�nos posibilidades de enga�arte. Y, cuanto m�s te alejes de la impostura, tanto m�s capaz ser�s de moverte m�s all� de la mente, y de transformarte en maestro.

Me he enterado...

Un cient�fico le dec�a a un amigo: -No entiendo por qu� insist�as en que tu mujer usara un cintur�n de cas�tidad mientras fuimos a la conven�ci�n. Despu�s de todo, entre nosotros, como viejos camaradas, con la cara y la figura de Emma, �qui�n querr�a...? -Lo s�, lo s� -respondi� el otro-. Pero, cuando vuelvo a casa, siempre puedo decir que he perdido la llave.

Reflexiona, busca la motivaci�n in�consciente. La mente sigue intimid�n�dote y domin�ndote, porque no eres capaz de ver sus verdaderas motiva�ciones. Una vez que una persona pue�de descubrir las verdaderas motiva�ciones, la meditaci�n est� muy cer�ca... porque entonces la mente deja de ejercer dominio sobre ella.

La mente es un mecanismo, carece de inteligencia. La mente es una com�putadora biol�gica, �c�mo podr�a ser inteligente? Tiene cierta habilidad, pero no tiene inteligencia; tiene una utilidad funcional, pero carece de conciencia. Es un robot; funciona bien, pero no debes escucharla dema�siado, pues entonces perder�s tu inte�ligencia interior. Entonces, es como si le estuvieras pidiendo a una m�quina que te guiara, que te conduciera. Se lo estar�as pidiendo a una m�quina que no tiene en s� nada original: no puede tenerlo. Ni una sola idea de la mente es original; siempre es una repetici�n. Observa: siempre que la mente afirma algo, f�jate que te hace entrar en una rutina. Intenta hacer algo nuevo, y de esa manera disminuir� el poder de do�minaci�n de la mente sobre ti.

Quienes de alguna manera son creativos siempre pueden transfor�marse sin dificultad en meditadores, mientras que quienes carecen de crea�tividad en sus vidas lo encuentran muy dif�cil. Si tienes una vida repeti�tiva, la mente tiene demasiado control sobre ti: no puedes alejarte de ella, por temor. Haz algo nuevo cada d�a. No prestes atenci�n a la antigua ruti�na. De hecho, si la mente afirma algo, resp�ndele: "Esto es lo que hemos he�cho siempre; ahora, hagamos algo di�ferente." Aunque sean peque�os cam�bios... en el modo en que siempre te has comportado con tu esposa, s�lo peque�os cambios; en la forma en que siempre caminas, s�lo peque�os cam�bios; en el modo en que siempre ha�blas, peque�os cambios. Y ver�s que la mente va perdiendo su poder de do�minarte, a la par que t� te vas liberan�do. ( 20 )

 

La meditaci�n es PURIFICACI�N .......

M�s en: �Qu� es la meditaci�n? Hacia el Centro de tu ser -Osho-

 

 

 

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