Si entramos desnudos dentro de una jaula de leones de circo, muy probablemente nos sentiremos indefensos, aterrados, desarmados, claramente nos sentiremos vulnerables, sin recursos para sobrellevar dicha situaci�n. Podemos por el contrario entrar en la jaula dentro de un tanque acorazado, en �l nos sentiremos absolutamente seguros, pero tiene la contrapartida de que nos separa del contacto directo con los leones, de la emoci�n estimulante que un domador siente. Existe la v�a intermedia que usa el domador, que es armarse con un l�tigo, teniendo la habilidad de saberlo usar, y por supuesto demostrando valor, probablemente sintiendo algo de miedo o respeto por la situaci�n, ya que siempre existe alg�n tipo de riesgo, alg�n imprevisto posible, a fin de cuentas es una situaci�n muy parecida a la que tenemos en nuestras vidas, el riesgo cero nunca existe.
La vida no es estar dentro de una jaula de leones, pero podemos llegar a sentirnos como si realmente lo estuvi�semos, este tipo de sentimientos pueden aparecer de ni�os cuando realmente somos peque�os y no tenemos recursos, todo nos puede parecer hostil. Una caracter�stica que aparece cuando nos sentimos vulnerables es que nuestra sensibilidad se acrecienta, sentimos muy claramente todo lo que sucede a nuestro alrededor y dentro de nosotros mismos, no hay barreras que lo impidan.
Somos seres sociales y nos protegemos con la ayuda de nuestros padres y gente cercana, pero no siempre est�n presentes y poco a poco tenemos que enfrentarnos con nuestras propias fuerzas a las diferentes situaciones que nos aparecen. Para protegernos podemos usar nuestro propio cuerpo, podemos usar la piel, la musculatura, la estructura �sea, los brazos y piernas, el sistema inmunol�gico, el aura, en definitiva nuestra energ�a en mayor o menor densidad.
Las cosas que nos pueden hacer vulnerables no necesariamente son elementos f�sicos, podemos sentirnos vulnerables simplemente por la opini�n que puedan tener otras personas sobre nosotros, tambi�n si por ejemplo hablamos de nuestros sentimientos en p�blico, o si hemos perdido nuestro trabajo, en general en estos casos el elemento predominante es una emoci�n. Si en un determinado momento nos sentimos emocionalmente inseguros y vulnerables podremos llegar a sentir que f�sicamente tensamos nuestra caja tor�cica, llegando a curvarla creando una cifosis, para proteger nuestro coraz�n que es nuestro centro emocional. No en vano la caja tor�cica es una de las zonas m�s reforzadas de nuestro cuerpo, usa estructura �sea y muscular, y es una zona relativamente r�gida aunque no totalmente.
Medicina tradicional china
Si usamos la visi�n china basada en el concepto del flujo de la energ�a (Chi), se relaciona la vulnerabilidad con un desequilibrio de los meridianos del Coraz�n y Protector del coraz�n (asociado al pericardio). Dichos meridianos en parte de su recorrido tienen extensiones que pasan por el pecho, cuando hay un exceso de energ�a en ciertas partes de ellos se manifiestan como una contractura, que es un medio natural de defensa muy eficaz. Estamos creando una especie de coraza que protege al coraz�n, dicha coraza hace que la caja se haga todav�a un poco m�s r�gida impidiendo a su vez que el flujo respiratorio fluya naturalmente a no ser que se haga muy abdominalmente. Esta contenci�n respiratoria hace que se sienta con menor intensidad cualquier golpe que nos est� llegando.
El problema aparece si este mecanismo de protecci�n lo empezamos a usar continuamente al sentirnos regularmente indefensos y sin recursos para adaptarnos a las situaciones normales de la vida. Entonces poco a poco dicha rigidez se ir� haciendo cada vez m�s y m�s permanente pero con el factor nada desde�able que estamos consumiendo energ�a constantemente para mantener la musculatura contra�da, aunque aparentemente sea poca, dicha fuga energ�tica tarde o temprano pasar� factura, normalmente drenando la energ�a de ri��n (nuestro almac�n energ�tico �ltimo), y empezando a gestar un posible estado de depresi�n o ansiedad. Si adem�s se agotan las energ�as del coraz�n y del protector del coraz�n nos volveremos emocionalmente muy fr�giles, tensos, inestables e hipersensibles.
La inseguridad de fondo puede provenir tambi�n de un desequilibrio de las energ�as de la tierra (meridianos de bazo y est�mago). Cualquier necesidad importante no satisfecha hace que dichas energ�as est�n permanentemente activas en dicha b�squeda, si no se satisfacen se terminar�n por agotar. Una situaci�n de carencia de cualquier tipo se puede vivir adem�s como un trauma real afectando a nuestro coraz�n.
Si las energ�as de la tierra est�n bajas es muy normal que se produzca f�sicamente un corte o desconexi�n del suelo a trav�s de nuestras piernas que es de donde deber�amos obtener nuestro sustento real. Si no lo obtenemos del suelo lo intentaremos obtener de m�s arriba tensando muscularmente la zona superior del cuerpo, t�rax, hombros, cuello o cabeza, nos podemos volver muy mentales como modo de defensa, desconect�ndonos del resto del cuerpo.
La energ�a siempre tiene que poder fluir en todas las direcciones, si en alg�n punto hay alg�n corte quiere decir que de alguna manera lo estamos forzando y gastando recursos energ�ticos para mantener alguna zona oculta en el inconsciente.
�Qu� hacer?
Satisfacer nuestras necesidades reales. Enraizarnos, dejarnos sentir los pies y que el peso de nuestro cuerpo fluya a trav�s de ellos. Tomar conciencia de donde hay cortes o bloqueos energ�ticos, realizar trabajo corporal para conectar todas las partes del cuerpo entre s�. Liberar la respiraci�n.
Dejarnos sentir vulnerables un espacio de tiempo y permitirnos expresar dicha emoci�n con el cuerpo y la voz. Este proceso nos ense�ar� que no nos estamos defendiendo adecuadamente y que no estamos dando la respuesta adecuada. Poner los medios para protegernos y adaptarnos a las situaciones.
Transformar la vulnerabilidad en sensibilidad (que no en sensibler�a).
Shiatsu
Con el masaje shiatsu conseguiremos enfocar directamente donde est�n los desequilibrios al realizar un diagn�stico energ�tico. Las energ�as de los meridianos son reflejo de determinadas funciones en cualquiera de los planos (f�sico, emocional, mental). Si realizamos un tratamiento seguramente aparecer�n algunos meridianos que hemos nombrado anteriormente. El enfoque ir� primero a relajar los meridianos del coraz�n, donde aparece el s�ntoma m�s visible, y por otro lado y m�s importante, a nutrir los meridianos de tierra para despertar la seguridad en uno mismo, reconectar todas las partes del cuerpo entre s� y a liberar la respiraci�n.
Cuando equilibramos est�s energ�as mediante el masaje, empezamos a sentir cosas diferentes y a tomar conciencia de c�mo usamos los mecanismos energ�ticos para defendernos o adaptarnos, y as� poder comparar y decidir usarlos o no, aprendiendo sobre nosotros mismos y c�mo nos relacionamos. Al desactivar dichos bloqueos, que son reflejos de nuestras resistencias, sentiremos que tenemos objetivamente m�s energ�a y vitalidad.
Meditaciones Activas Osho�
Con estas meditaciones simulamos nuestra relaci�n con nuestro interior y con nuestro exterior. Lo haremos con actividades como cantar, bailar, respirar, movimientos de coordinaci�n, girar, correr, etc, y luego con espacios de silencio y relajaci�n para dar un tiempo a integrar lo vivido. As� respetamos nuestros ciclos naturales y aprendemos a dar respuestas adecuadas en sinton�a con nuestra individualidad.
Meditar nos va a ayudar a tomar conciencia, a enraizarnos, a discernir entre lo importante y lo accesorio, a saber ahorrar energ�a y donde enfocarnos. Todo este proceso hace que veamos con claridad nuestra realidad y obtengamos dominio sobre nuestra vida.
Conclusi�n
Muchas veces perdemos energ�as al evitar a toda costa conectar con nuestro ser interno y sus aspectos sensible y vulnerable, entonces estamos siempre activos y volcados en el exterior, no sabemos o no queremos estar simplemente en silencio para evitar que afloren. El permitir contactar con dichos aspectos y transformarlos puede ser una de las decisiones existenciales m�s importantes que tomamos en nuestra vida. Es una v�a de conciencia que implica trabajar con todas los diferentes dimensiones de nuestro ser, no es una labor f�cil, se necesita coraje, pero da muchas satisfacciones y te ayuda a encontrar el sentido de tu vida, entonces se puede decir que has iniciado un proceso de crecimiento espiritual.
VERDEMENTE � marzo 2011
Jos� Antonio Espeso
918041997 - 629270141
Ingeniero de telecomunicaci�n, Monitor de meditaci�n y Terapeu
Si lo deseas te puedes inscribir en nuestro taller CAMPO DE MEDITACI�N
